Dentro de los elementos decorativos del hogar, los tejidos nos ofrecen millones de opciones para realizar un cambio de estilo en nuestras estancias. Las telas permiten dar calidez a una habitación, especialmente cuando se acercan los días de frío, así como jugar con los colores para aportar frescura cuando volvemos a llegar a la época estival.
Las cortinas, mantas, ropa de cama y cojines, entre muchos otros elementos, nos permiten jugar con los colores y texturas, creando ambientes únicos y diferentes. Cuando vestimos cada una de las habitaciones dando rienda suelta a nuestra imaginación estamos aportando a nuestra casa un toque de personalidad único e intransferible que nos provoca muchas sensaciones al regresar después de un largo día que nos hace sentir cómodos y relajados.
Las cortinas
Las cortinas quizás sean uno de los elementos por excelencia, dado que es de las elecciones textiles que más perduran en el tiempo y nos permite enmarcar el estilo de una habitación. Las tonalidades y tipos de tejido que elijamos afectarán a la luminosidad de la estancia y a cómo nos mostrará el resto de elementos, dado que graduarán el paso de la luz y los colores que la misma emita.
Mantas y cojines
El salón es una de las estancias en las que más momentos familiares solemos compartir y uno de los lugares de desconexión por excelencia. La combinación de mantas y cojines para el sofá y las sillas son una de las opciones que más posibilidades de cambio ofrecen. Y es que modificando tan solo unos pocos elementos podemos disfrutar de un estilo completamente distinto y renovado. Las mantas y cojines son una buena manera de adaptar nuestro estilo a las nuevas tendencias de decoración.
La ropa de cama
Cómo vistamos la cama también influye en nuestro descanso. Las texturas de los tejidos, las mantas y nórdicos durante el invierno, junto a sábanas, colchas y cojines, convertirán este elemento en el eje central de la habitación. La elección de los colores también es fundamental para crear una atmósfera agradable y relajante.